En la página de actualidad de la minienciclopedia sobre el Agaricus blazei Murill (o Murril o Murrill) o champiñón del sol, se ha añadido la siguiente noticia sobre un nuevo experimento científico: Setas medicinales utilizadas para insuficiencia bioquímica después de tratamientos radicales para el cáncer de próstata. Un estudio abierto. Lo reproduzco a continuación:
(22/05/2010) En el artículo Medical mushrooms used for biochemical failure after radical treatment for prostate cancer: An open-label study accesible a través de Pubmed, y también recogido en la base de datos académica sobre el Agaricus blazei o champiñón del sol, blazeipedia.eu.org, se encuentra el resumen de un trabajo científico abierto (pacientes e investigadores conocían qué se suministraba en cada momento), sobre la Ganoderma Lucidum y un derivado del Agaricus blazei, el SenSeiRo, de la Kyowa Hakko. Los resultados son que no hubo cambios significativos en los pacientes de cáncer de próstata por la ingesta de estos dos derivados que contienen estas setas. Con respecto al SenSeiRo, cabe destacar lo expuesto en el epígrafe Sobre los distintos efectos farmacológicos entre el champiñón en sí y los derivados del mismo. Más concretamente,el Prof. Hitoshi Itoh, uno de los científicos de prestigio que más ha publicado sobre esta seta, en una entrevista en relación con el Agaricus blazei Murill afirmaba que: … El hecho de que muchos de sus componentes muestren actividades anticancerígenas es una característica no observada en otros hongos. Extractos en solitario se venden frecuentemente como preparaciones de Agaricus, pero qué pérdida de tiempo o inane es eso, porque un alto porcentaje de agentes anticancerígenos permanecen en otras partes o, por así decirlo, te engañan. Recientemente, productos con marcada mejoría de capacidad de absorción, que podrían ser absorvidos incluso a través de la mucosa, se han desarrollado destrueyendo las paredes celulares de calidad suprema del Agaricus blazei (himematsutake), así que, por favor, asegúrense.
Censura el Prof. Itoh los derivados comerciales, y en la última frase, qué duda cabe que se refiere específicamente a un derivado de la multinacional biotecnológica y farmacéutica japonesa Kyowa Hakko, el Sen-Sei-Ro [1], con inscripción en el PDR© (Physician Desk Reference), el vademéccum médico para el 98% de los facultativos colegiados de EE.UU [2]. Pese a que se realizaron muchos ensayos clínicos reglados sobre ese derivado, nunca acreditó lo que la seta en sí, si es buena.
Por el contrario, Gennari realizó observaciones clínicas positivas con la seta en sí y con once pacientes de cáncer de próstata, además de haberse descrito in vitro principios activos inhibidores de la línea tumoral del cáncer de próstata humano – se puede comprobar en el resumen de revisión de blazei.org, contra el cáncer, en general.
En este caso hablamos del fallo de un derivado, el SenSeiRo, de la Kyowa Hakko, en el que se invirtieron miles de millones en desarrollar una cepa micelial propia, y muchos más millones todavía en cultivarla a campo abierto en un entorno, en Matto Grosso do Sul, que se asemejaría a las montañas tropicales de Piedade, en Sao Paulo. Es lícito imaginar, en ese sentido, lo que serían los derivados, cápsulas, comprimidos y extractos de este champiñón, aparentemente poco más que improvisados por motivos comerciales y de rentabilidad o márketing, producidos además con variedades comerciales de interior, y sólo por el nombre de este champiñón, Agaricus blazei, o del que yo mismo le puse como nombre común en español, champiñón del sol. Me refería a la seta natural en sí, de la cepa original o próxima a la original, cultivado a campo abierto en la Sierra Tropical de Piedade, con férreo control micelial, en su época del año concreta, teniendo en cuenta ese substrato natural de la Sierra tropical, … No me refería a lo que luego se popularizó con variedades de interior en cualquier sitio, achacándose una propiedades que sólo se han descrito para la seta óptima natural de Piedade o para cepas sobre las que se invirtieron miles de millones en su desarrollo, y extrapolando, además, propiedades que se han descrito en estas últimas, no encima en los más rentables e improvisados derivados de las primeras.
Este champiñón, si realmente es bueno, y ya queda poquísimo, precisamente por esas prácticas comerciales, y por las más rentables producciones indiscriminadas en cualquier sitio, con cualquier cepa (que hace que mute, además), y sus más rentables improvisados derivados, es el mejor champiñón gastronómico del mundo. Una de las mejores setas culinarias del mundo.
Claro que es también una de las especies más interesantes e investigadas en biotecnología y medicina, pero siempre atendiendo al champiñón óptimo, natural y tropical; sea al orginal, o sea a los desarrollados por grandes biotecnológicas -que nunca lo han superado, y menos sus derivados-. Por eso, en lugar de derrotar el beneficio sistemáticamente a la ciencia, lo que hay que hacer es investigar, volver a fomentar la producción natural de este champiñón, con su cepa original y en su entorno original; atender a lo que realmente se ha descrito de modo reglado en la literatura científica, y poner toda esa información científica reglada, señalando el tipo de seta, en conocimiento del personal facultativo responsable.
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